¿Qué es el coronavirus?
El coronavirus proviene una familia de virus denominada Coronaviridae. Una de sus principales características es su material genético de tipo ARN (ácido ribonucleico), lo que significa que es más resistente y adaptable.
Se le nombra así por las puntas en forma de corona que tiene en su superficie. Los mamíferos y aves son sus principales portadores, afectándoles vías respiratorias y en algunos casos al tracto digestivo y urinario.
Se conocen 39 tipos distintos de coronavirus, de los cuales la mayor parte han sido encontrados en animales. Sin embargo, hay 7 especies que lograron pasar de animales a humanos, son los tipos: 229E, OC43, NL63, HKU1, SARS-CoV, MERS-CoV y COVID-19.
Los dos primeros están relacionados al resfriado común. Del tipo NL63 y HKU1 son conocidos por generar infecciones más graves al sistema respiratorio como bronquitis y asma.
Los tres tipos de coronavirus que restan son el Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS-CoV), Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el reciente COVID-19. Estos fueron descubiertos hace menos de dos décadas.
- SARS-CoV: Se registró por primera vez en noviembre de 2002 en Cantón, China, provocando una forma grave de neumonía. Al cierre de su brote en 2004 había infectado a más de 8 mil personas y causado la muerte de más de 700.
- MERS-CoV: Éste tuvo su primer caso en 2012 en Arabia Saudita, a diferencia del anterior sigue activo y hasta 2019 se tenían notificados 2,500 casos y un aproximado de 800 decesos.
- COVID-19: A este tipo de coronavirus se le denominó en un primer momento SARS-CoV 2. El brote inicial se dio en la provincia de Hubei en China durante diciembre de 2019. A pesar de que se desconoce la identidad de su principal portador, se sabe que el 78% de su información genética es similar a la del SARS-CoV y a un tipo de coronavirus radicado en murciélagos.
Los primeros casos fueron documentados entre los trabajadores de un mercado mayorista dedicado a la venta de mariscos y otros animales vivos. Se piensa que el contagio pudo haber ocurrido durante el contacto con las secreciones de los murciélagos.
¿Qué se espera de este coronavirus?
La dirección es incierta, sobre todo porque no existen tratamientos o vacunas específicas para su cura. Por su parte, el virus COVID-19 puede provocar síntomas relacionados al resfriado común como dolor de garganta, fiebre, estornudos, diarrea, tos y dolor articular.
En ciertos casos llega a provocar neumonía, insuficiencia renal, disminución de glóbulos blancos, insuficiencia respiratoria o la muerte. Los casos de deceso han tenido relación con padecimientos cardiovasculares o respiratorios anteriores y con la edad del paciente. No obstante, en la mayoría de los casos los pacientes deberían mejorar y recuperarse por sí mismos.
Cualquiera puede ser infectado por este Coronavirus, aunque son las personas que ya padecen enfermedades crónicas, inmunodepresión, con edad avanzada y los niños, quienes más probabilidades y mayores tasas de contagio tienen.
¿Cuáles son los síntomas?
Los primeros signos y síntomas del virus COVID-19 son similares a los de una gripe común. Usualmente, los síntomas se manifiestan entre los dos primeros días y hasta los catorce después de haberse dado la exposición. Los indicios varían entre:
· Fiebre
· Goteo nasal
· Tos
· Secreción nasal
· Fatiga
· Escalofríos
· Malestar general
· Sudores
· Dolor de cabeza
· Dificultad para respirar
Por otra parte, en algunos de los casos más graves de COVID-19 se tuvieron registros de desarrollo de neumonía en un pulmón o en ambos, así también bronquitis. Los síntomas, en estos casos, incluyen dolor en el pecho al respirar y al toser.
¿Existen pruebas de detectar la infección?
Para diagnosticar el Coronavirus, se realizan pruebas de cultivo. El especialista tomará una muestra de saliva o mucosa en nariz y boca, para posteriormente analizarlas. Un análisis de sangre también es una opción útil.
Otra de las medidas que se ha tomado para la identificación de la infección es la toma de temperatura, aunque puede confundirse con otras enfermedades que pudieran producir también una elevación de la temperatura corporal. En todo caso, el ingreso hospitalario es recomendable en caso de ser portador.
¿Cuáles son las causas del COVID-19?
El contagio entre personas se produce por vía aérea. Especialistas aseguran que los estornudos son la manera más común de polución, ya que los fluidos y micropartículas suspendidas en el aire tienen fácil acceso al organismo por medio de la nariz, boca u ojos.
Es posible también contagiarse al tocar superficies que hayan sido expuestas a este virus y posteriormente llevar las manos cerca de manos, ojos o a la boca. El contacto personal puede ayudar también a la propagación de la infección, como por ejemplo al estrechar las manos o al saludarse.
¿Cómo se puede prevenir?
Para disminuir el riesgo de contagio, autoridades sanitarias y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han emitido una serie de recomendaciones como:
· Lavarse las manos con frecuencia con agua y jabón
· Taparse la boca al estornudar o toser con un pañuelo
· Evitar tocarse nariz, ojos o boca si no se han lavado las manos con anterioridad
· Evitar contacto con persona enfermas o que tengan riesgo de padecer la infección
· No compartir utensilios caseros, cubiertos o vasos
· Limpiar las superficies regularmente
· Evitar lugares concurridos y/o cerrados
· Evitar en lo posible viajar a países con casos de contagio
¿Cuál es el tratamiento para este Coronavirus?
Al momento, no existe tratamiento o vacuna específica para su cura, no obstante, ya hay varias decenas de investigaciones alrededor del mundo destinadas a identificar un tratamiento 100% eficaz.
En caso de resultar positivo en los exámenes, será necesario el ingreso hospitalario. Aquí, el paciente será aislado para evitar la propagación de nuevas infecciones. Dependiendo de la gravedad y la sintomatología, se administrarán antivirales o dosis altas de esteroides para reducir la inflamación de los pulmones.
Si existiera una sobreinfección, podría ser posible la necesidad de administrar antibióticos. A todo, no existe una cura, pero sí tratamientos para controlar y aliviar los síntomas. Se espera que el pronóstico del paciente mejore tras la atención y administración de medicamentos.